En español | Un escritor (1899-1929)
Episode 4 | 1h 55m 56sVideo has Closed Captions
Después de mudarse a París, Hemingway tiene éxito con su segunda novela, Adiós a las armas
Hemingway se ofrece como voluntario para la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial. Después de mudarse a París, Hemingway tiene éxito con su segunda novela, "Adiós a las armas".
Corporate funding for HEMINGWAY was provided by Bank of America. Major funding was provided by the Annenberg Foundation, The Arthur Vining Davis Foundations, and by ‘The Better Angels Society,’ and...
En español | Un escritor (1899-1929)
Episode 4 | 1h 55m 56sVideo has Closed Captions
Hemingway se ofrece como voluntario para la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial. Después de mudarse a París, Hemingway tiene éxito con su segunda novela, "Adiós a las armas".
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Learn Moreabout PBS online sponsorshipHemingway recibió financiación considerable de la Better Angels Society y de sus miembros, el fideicomiso Elizabeth Ruth Wallace, John y Leslie McGowan, John y Catherine Debs, el fondo caritativo de la familia Fullerton, la fundación de la familia Kissick, Gail Elden, Gilchrist y Amy Berg, Robert y Beverly Grappone y Mauree Jane y Mark Perry.
Se recibió financiación adicional de la fundación Annenberg, de las fundaciones Arthur Vining Davis, de la Corporación para la Difusión Pública y de contribuciones a este canal de PBS de espectadores como usted.
Gracias.
[música suave] ♪ Hombre: Aunque Hemingway era un escritor estadounidense, su paleta era increíblemente amplia y deliciosa y violenta y brutal y fea, todas esas cosas.
Son cosas con las que cualquier cultura puede identificarse; cualquier cultura puede entender lo que es enamorarse de alguien, perder a esa persona; lo bien que sabe un plato, cuán extraordinario es este viaje.
Eso no es ser nacionalista, sino es ser humano.
Y creo que a pesar de todos sus defectos y todas las dificultades, de su vida personal, él parecía entender a los seres humanos.
Heminwgay: En todos mis relatos estoy tratando de reflejar la realidad... no solo de representarla o criticarla, sino realmente de darle vida, para que cuando alguien lea algo que yo escribí, de verdad lo viva.
Esto no se puede hacer sin incluir lo malo y lo feo, junto con lo hermoso; porque si todo es hermoso, no es de creer.
La vida no es así.
Solo mostrando los dos lados, tres dimensiones y si es posible cuatro, se puede escribir como yo quiero.
Locutor: HEMINGWAY Narrador: Ernest Hemingway reinventó la literatura estadounidense.
Trajo de vuelta lo esencial de contar relatos, cambió la forma de hablar de los personajes, expandió los mundos que los escritores podían explorar de forma legítima y dejó un registro indeleble de la forma en que vivían los hombres y las mujeres de su época.
Por generaciones, las obras de otros autores serían medidas por las de Hemingway.
Algunos siguieron el camino que él había iniciado, otros tomaron el opuesto, ninguno tuvo escapatoria.
Se convirtió en el escritor estadounidense de mayor renombre desde Mark Twain, y fue leído y adorado en todo el mundo.
Hombre: Es difícil hoy concebir un escritor que no haya tenido su influencia.
Es como si hubiese movido todos los muebles de la habitación, ¿no?, y tenemos que sentarnos.
Podemos sentarnos en el borde de la silla o en el apoyabrazos, pero él movió los muebles de la habitación.
El valor de la oración declarativa estadounidense, ¿no?
La forma en que se construye una casa con ellas, ladrillo por ladrillo .
Después de leer un par de oraciones de una historia de Hemingway, no hay ninguna duda de quién lo escribió.
Mujer: No puedo imaginar cómo fue posible que un escritor haya podido cambiar tanto la lengua.
La gente ha copiado lo que él hace por casi cien años y no han logrado igualar su obra.
Hombre: Si eres escritor, no puedes escapar de Hemingway.
Es tan increíblemente popular que no puedes comenzar a escribir hasta matar su fantasma o apropiarse de él.
Y creo que es lo que más caracteriza a Hemingway, que siempre buscaba la línea perfecta que no se había dado, siempre luchó por encontrarla y nunca se encontrará.
Narrador: Durante tres décadas quienes no habían leído una sola palabra escrita por él, pensaron que lo conocían: veterano de guerra herido y corresponsal de campo de batalla, cazador de caza mayor y pescador de aguas profundas, aficionado de las corridas de toros, buscapleitos y amante y hombre de mundo.
Pero detrás de la figura pública había un hombre con problemas y conflictos, de una familia con problemas y conflictos, que tenía sus propias tragedias y tinieblas y secretos bien guardados.
El mundo lo veía como todo un hombre, pero en privado siempre le intrigaron las finas líneas entre lo masculino y lo femenino, hombre y mujer.
Tenía tantas facetas que la primera de sus cuatro esposas recordaba que desafiaba la geometría.
Mujer: Estaba abierto a la vida, a la tragedia, a los sentimientos.
Me gusta que se enamoraba.
Y se enamoró bastantes veces.
Siempre tenía a la mujer siguiente, antes de dejar a la del momento.
Narrador: A menudo era generoso con quien necesitaba ayuda y a veces igualmente cruel y vengativo con quienes lo habían ayudado.
Hemingway: "Siempre he tenido la ilusión "de que es más importante o de igual importancia ser un buen hombre que ser un gran escritor".
"Quizá al final yo no sea ninguna de las dos cosas, pero me gustaría ser las dos".
Narrador: La historia de Hemingway es más antigua incluso que la de la palabra escrita.
De un joven que con su ambición e imaginación, energía e inmenso talento, logra una riqueza y una fama inimaginables, que se autodestruye tratando de mantenerse fiel al personaje que inventó.
Edna: Una de sus debilidades, iba a decir fracasos, y es una lástima, es una lástima para cualquier escritor, era que le encantaba el público, y ante su público perdía la mejor parte de sí mismo, por intentar causar una impresión.
Hombre: Me disgusta el mito de Hemingway.
Y la razón por la que me disgusta, es que oculta al hombre; y el hombre es mucho más interesante que el mito.
Pienso que era un padre extraordinario, a veces, pienso que era un esposo dedicado, a veces.
Pienso que era como tanta gente, pero con un enorme talento.
Hemingway es complicado, es muy complicado.
Hemingway: "Lo grandioso es trascender "y hacer tu trabajo, "y ver y escuchar y aprender y entender; "y escribir cuando sabes algo y no antes, pero tampoco mucho después".
Locutor: EPISODIO 1 Un escritor 1899-1929 [música alegre de piano] ♪ Mujer: "A mi niño le encanta disparar contra lobos, "osos, leones imaginarios.
"También juega a ser un soldado.
"Se agita y patalea y baila de furia cuando se enoja.
"Cuando uno le pregunta a qué le teme responde de un grito: '!¡No le temo a nada!'".
Narrador: Ernest Miller Hemingway nació el 21 de julio de 1899.
Fue el segundo de seis hijos y tuvo una niñez aparentemente encantadora.
Sus cuatro hermanas lo adoraban y era un ídolo para su hermano menor.
Vivían en una casa grande y confortable en Oak Park, una comunidad próspera, orgullosa y amable de las afueras de Chicago donde no había bares, pero sí tantas iglesias que se autodenominaba "el descanso de los santos".
La familia Hemingway pasaba largos veranos en su casa de campo "Windemere", en Walloon Lake, Michigan.
Clarence Hemingway, mejor conocido como "Ed", era el padre de Ernest.
Era médico de familia.
Trabajaba solo en horas de oficina entre semana, pero a veces tenía que visitar pacientes en la noche y hacía cesáreas de emergencia a la luz de un farol.
A veces no lograba salvarle la vida a la madre o al bebé o a ninguno de los dos.
"Mi padre le dedicó mucha energía a mi madre", contaba la hermana menor de Ernest, "pero ella solo se interesaba en sí misma".
Su madre, Grace Hall Hemingway, abandonó su sueño de ser cantante de ópera para casarse.
Sin embargo, dictaba clases de canto, violín y piano, y dirigía un coro ganando más que su marido.
Grace expuso a todos sus hijos al arte, y nunca permitió que olvidaran que había sacrificado una carrera como concertista para criarlos.
Decía que si la querían, harían todo lo que ella les pedía.
Le divertía fingir que Ernest y su hermana mayor, Marcelline, eran mellizos; a veces dos niños, a veces dos niñas.
Mujer: Ella lo convertía en el hermano gemelo de su hermana.
Los vestía igual.
A menudo les ponía vestidos y después los vestía con overoles.
No solo los vestía como niñas algunas veces.
También vestía a las niñas como niños.
Había este, este elemento andrógino.
Mujer: "Teníamos el mismo corte de cabello, "el estilo de hongo cuadrado, jugábamos al té, "teníamos las mismas muñecas "y cuando a Ernest le regalaron un rifle de aire comprimido, yo también recibí uno".
Narrador: Para una de sus maestras, Grace era demasiado cercana y controladora con su hijo.
Se preguntaba si él lograría encontrar una esposa después de haber tenido una madre tan exuberante.
Hombre: "Recordaba a su padre en otoño, "o al principio de la primavera "cuando veía las chicas en la pradera, "o los arbustos de maíz, o un lago; "y cada vez que veía una carreta tirada por un caballo "y cada vez que veía o escuchaba gansos salvajes "y en escondites de cacería.
"Su padre estaba con él, de repente, "en huertos desiertos y en campos recién arados, "en matorrales, en colinas o al andar sobre hierba seca, "al cortar leña o recolectar agua, "o junto a molinos de grano, fábricas de sidra y presas y siempre junto a una hoguera".
Narrador: Ernest adoraba a su padre, quien pasó horas enseñándole a cazar y a pescar y a navegar en canoa.
De allí surgió su eterna fascinación por la naturaleza y por aprender la forma precisa de hacer las cosas.
Hombre: Inculcó en este niño, el apego a la belleza de la naturaleza, casi antes de que supiera caminar, el amor natural por el bosque, y el agua.
Narrador: Ed Hemingway era además estricto y devoto; repudiaba la bebida, los juegos de cartas y el baile, y, mientras Ernest crecía, se volvía cada vez más ansioso, malhumorado e impredecible.
Podía estar riendo con sus hijos y de repente los castigaba con una correa de cuero.
Dos veces la depresión afectó de tal manera al padre de Hemingway, que tuvo que irse de la ciudad por varias semanas para dejar descansar "el lugar preocupado de su cerebro", como lo llamaba su esposa.
Ernest contaba que cuando llegó a la adolescencia, la admiración por su padre se estaba convirtiendo en lástima.
Comenzó a verlo débil y sumiso y culpó a su madre de la desdicha de su padre.
Ernest soñaba con llegar a ser naturalista o explorador, como su héroe Theodore Roosevelt.
También era buen estudiante y un ferviente lector de O. Henry, Jack London y Rudyard Kipling.
Por presión de su madre, cantaba en el coro de la Iglesia congregacional y tocaba el cello.
Recordaba que le gustaba en particular la repetición y el contrapunto, contrapunto y repetición presente en las obras de Bach.
Mujer: También les enseñó a sus hijos lo que todo músico les enseña: a practicar.
"No vengan a decir que aman un arte si no lo practican, "la práctica es amor.
El trabajo es amor".
Y durante toda su vida fue un escritor de una disciplina extraordinaria.
Narrador: En su adolescencia comenzó a escribir cuentos de deportes y relatos de aventuras para el periódico y la revista de literatura de la escuela secundaria.
Sin embargo, sus compañeros, lo recordaban, sobre todo, como un chico fornido, guapo y algo extraño a quien le gustaba el boxeo, pero quien era demasiado miope y torpe para destacarse en deportes colectivos, y como un chico tímido con las chicas que prefería ir de cacería y hacer caminatas y pescar en el bosque del norte de Michigan cada vez que podía.
Aunque su timidez con las mujeres terminaría por evaporarse, toda su vida disfrutó de la compañía de hombres con quienes compartía su amor por la diversión y la naturaleza.
[música de suspenso] [explosión] [disparos] ♪ [explosiones] Narrador: El 6 de abril de 1917 Estados Unidos entró en la Gran Guerra que se libraba en Europa hacía casi tres años.
Millones de jóvenes habían sido masacrados.
Los padres de Ernest Hemingway lo habían preparado para un mundo que había desaparecido.
Varios de sus compañeros habían partido a la guerra como voluntarios.
Él deseaba ir, pero con 17 años era muy joven y sus padres se rehusaban a firmar los papeles necesarios.
Ellos querían que fuera a la universidad.
Él se negó.
Finalmente llegaron a un acuerdo: un tío le consiguió un empleo en un periódico en Kansas City.
Kansas City era una ciudad dura y completamente abierta y el Kansas City Star era uno de los mejores periódicos del país, pionero en periodismo robusto, claro e inmediato.
Su guía de estilo establecía el tono.
Voz masculina: Escriba oraciones cortas.
Mantenga sus primeros párrafos cortos.
Emplee un inglés vigoroso.
Sea positivo, no negativo.
Evite el uso de adjetivos.
Narrador: Hemingway cubría tiroteos, apuñalamientos, conflictos laborales, una sospecha de viruela.
Todo ello le fascinaba.
En sus escritos posteriores aparecerían una y otra vez ecos de lo que oyó y vio en Kansas City.
Hemingway: "Querido padre: "Las lavanderías están en huelga aquí "y me encargo de policiacos.
"Las historias de violencia.
"Camiones destrozados que se lanzan por precipicios, "y ayer asesinaron a un guardia que no pertenecía al sindicato.
Por más de un mes he escrito en promedio una columna diaria".
Narrador: Cuando Hemingway cumplió 18 años ya no necesitaba el permiso de sus padres para unirse al ejército, pero estaba convencido de que lo rechazarían porque era miope; es así como decide unirse al Servicio de Ambulancias de la Cruz Roja.
Nada lo hubiese preparado para lo que estaba por ver.
Hemingway fue enviado a Italia, y de allí directamente a la escena de un desastre atroz.
Una fábrica de municiones había estallado, 35 hombres habían volado en pedazos.
Él ayudó a recolectar los restos, incluyendo el torso de una mujer sin cabeza y sin piernas.
"Hemmie y yo casi nos desmayamos", contaba un amigo, "pero apretamos los dientes y pusimos la cosa en la camilla".
La unidad de la Cruz Roja de Hemingway fue asignada al ejército italiano, que enfrentaba al ejército austríaco en las colinas de los Alpes italianos.
Pasó casi dos semanas transportando soldados italianos heridos desde las montañas en una ambulancia.
"Aquí no hay más que paisaje y demasiado de este maldito paisaje", le dijo a un amigo.
"Voy a salir de esta unidad de ambulancias y ver si puedo encontrar la guerra".
Ernest se ofreció a ir en bicicleta hasta cerca de Fossalta a las trincheras de la primera línea a repartir caramelos y cigarrillos a los hombres.
Menos de una semana después, el 8 de julio de 1918, estaba entregando barras de chocolate en un puesto de escucha de la ribera oeste del río Piave, cuando un proyectil de mortero del enemigo explotó a solo tres pies de distancia.
Un soldado murió.
Otro perdió las piernas.
Más de 220 esquirlas de metralla penetraron en las piernas de Hemingway y laceraron su cuero cabelludo.
La explosión le provocó la primera de muchas conmociones cerebrales que sufriría a lo largo de su vida.
Hemingway: "Morí en ese momento.
"Sentí que mi alma o algo salía de mi cuerpo, "como se saca un pañuelo de seda del bolsillo, "tirándolo de una esquina.
"Dio un par de vueltas y regresó y volvió a entrar y dejé de estar muerto".
Narrador: Mientras Hemingway era transportado en camilla a una estación de primeros auxilios, el enemigo abrió fuego.
Algunas balas quedaron alojadas en sus rodillas y en su pie derecho.
Por un tiempo se negó a recibir tratamiento porque, decía, había hombres con heridas más graves que las suyas.
Luego resistió sin anestesia la extracción de las piezas más grandes de metralla.
Sus heridas parecían tan graves que un sacerdote católico le administró la extremaunción.
Italia le otorgaría una medalla de plata por lo que llamaría su "admirable espíritu de fraternidad".
Hemingway llegó finalmente al hospital estadounidense de la Cruz Roja de Milán donde le hicieron una serie de cirugías para extraer la metralla que quedaba y las balas de ametralladora.
Hemingway: "Queridos amigos: Este es un hospital de lujo.
"Hay unas 18 enfermeras estadounidenses "que cuidan a 4 pacientes.
"Envío una foto en que estoy en la cama.
"Mi pierna izquierda luce como un muñón "pero no es así, solo está doblada... "No hay nada de qué preocuparse, "se ha probado con cierta evidencia, "que no pueden acabar conmigo.
"Y las heridas no importan.
"No me importa tanto sufrir más heridas "porque ya sé exactamente cómo es.
"Solo se puede sufrir hasta cierto punto, "y sí que se siente una horrible satisfacción al ser herido; "sufrir golpes por una buena causa.
"No hay héroes en esta guerra.
"Todos los héroes están muertos.
"Y los verdaderos héroes son los padres.
"Morir es una cosa muy simple.
"He mirado a la muerte y de verdad lo sé.
"Si hubiera tenido que morir habría sido muy fácil para mí.
"Y cuán mejor morir en la felicidad de la juventud, "antes de la desilusión, partir en un estallido de luz, "que llevar un cuerpo usado y viejo "y las ilusiones destrozadas.
"Así que, querida familia, !¡nunca se preocupen por mí!
"No es malo caer herido.
"Lo sé, porque lo he vivido.
Y si muero, tengo suerte".
Mujer: "Agosto 26.
"Ernest Hemingway se pone serio.
"Anoche hablaba de cómo sería si tuviera 26 o 28.
"En cierta forma, en ciertos momentos, "realmente desearía que los tuviera.
Es adorable y congeniamos en todo sentido".
Narrador: Durante su recuperación, Hemingway se enamoró de su enfermera nocturna, una estadounidense llamada Agnes Von Kurowsky.
Era pelirroja y tenía 26 años; siete y medio más que su paciente.
Estaba comprometida con un doctor en Estados Unidos y era coqueta.
Comenzó a llamarla "Ag".
Ella lo llamaba "Kid" y en las semanas siguientes le dio un anillo, bebía con él vino y coñac que él lograba entrar sobornando al portero, paseaba con él caminando, o en carretas, tan pronto pudo salir de su habitación y una vez su jefe le llamó la atención por haber dejado un broche de oro bajo su almohada.
A Agnes le transfirieron a un hospital del ejército en Florencia y Ernest le escribía tantas cartas que ella le pidió que fuera más despacio.
También le dijo que se sentía perdida sin él, que deseaba poder abrazarlo, que soñaba con él todas las noches.
"A veces quisiera que nos pudiéramos casar aquí", escribió, y firmaba algunas cartas como "Señora Kid", si bien en otras cartas solo escribía: "Tuya hasta que la guerra termine".
Para pasar las horas cuando ella no estaba, Ernest comenzó a escribir un cuento corto sobre un soldado estadounidense con terribles heridas que cavila en torno a las medallas, con una nota insignificante acompañandoles que ha recibido por su heroísmo, y decide suicidarse.
Cuando Hemingway se recuperó lo suficiente para volver a casa a principios de 1919, la guerra había terminado y él había decidido, dijo, "hacer el mundo seguro para Ernest Hemingway".
Tan pronto como pudiera ganarse la vida como escritor, él y Agnes se casarían.
Hemingway bajó cojeando del barco en Nueva York, donde lo esperaba un periodista del New York Sun.
Fue la primera de cientos de veces que saldría en titulares nacionales a lo largo de su vida.
Regresó a Oak Park, donde le dieron la bienvenida de un héroe.
Le encantó la adulación, quedó fascinado cuando una delegación ítalo-estadounidense llegó desde Chicago al estudio de música de su madre para rendirle homenaje por su coraje, hasta que sus abstemios padres le pusieron el alto a esas visitas al ver con horror el flujo libre de vino que corría.
Solo salía de casa de sus padres vestido con su uniforme, sin olvidar la capa italiana de terciopelo negro; y a cambio de un precio, contaba y embellecía sus relatos de guerra a grupos locales, aunque decía que no le provocaban más que desdén quienes querían "horrorizarse de forma indirecta".
Pero ahora declaraba que a pesar de sus heridas había logrado poner a salvo a un hombre herido antes de colapsar y dejaba que el público creyera que, si bien aún caminaba con la ayuda de un bastón, había logrado regresar al frente y luchar junto a una unidad élite del ejército italiano antes de que cesaran los disparos.
Hombre: "Tenía que mentir para que lo escucharan "y, después de hacerlo en dos ocasiones, "él también reaccionó contra la guerra "y contra hablar de ella "Un rechazo hacia todo lo que le había ocurrido "en la guerra, se apoderó de él... por las mentiras que había dicho".
Narrador: Cuando Ernest no estaba presentándose en público estaba en su habitación, en el tercer piso bajo los aleros, inclinado sobre una vieja máquina de escribir, escribiendo relatos de guerra que enviaba al Saturday Evening Post y a Redbook, tratando de demostrarles a Agnes y a sus padres que podía ganarse la vida como escritor.
Todos los relatos fueron rechazados.
A pesar de la altivez con que encaraba a sus vecinos, la guerra y sus heridas lo habían afectado profundamente.
Un viejo amigo que lo visitó ese invierno contaba que "regresó hecho pedazos en sentido figurado y también literal".
No podía dormir sin luz porque sus heridas habían ocurrido de noche y él había comenzado a creer, solía escribir, "que si cierro los ojos en la oscuridad y me dejo llevar, mi alma saldrá de mi cuerpo".
A veces su hermana Úrsula dormía en su habitación para calmar sus temores.
Toda su vida temería dormir solo.
Su gran consuelo era que Agnes vendría pronto a casarse con él.
Agnes: "Marzo 7 de 1919.
"Ernie, querido: Escribo esto tarde en la noche "y después de una larga reflexión a solas, "y me temo que te dolerá, "pero sé que el daño no será permanente.
"Durante un tiempo después de tu partida "traté de convencerme "de que teníamos un verdadero romance, "pero ahora, "después de unos meses lejos de ti, "sé que aún te aprecio mucho, "pero mi amor es más maternal que romántico, "y no puedo ignorar el hecho de que eres solo un niño, "un chico... "Espero casarme pronto.
"Y espero y rezo porque después de pensarlo bien, "puedas perdonarme y comenzar una gran carrera "y mostrar al hombre extraordinario que eres.
Siempre con admiración y cariño, Tu amiga, Aggie".
Narrador: Ernest le escribió de inmediato a Bill Horne, un amigo del servicio de ambulancias.
Hemingway: "Me di cuenta de forma tan repentina; "no me ama, Bill.
"Se arrepiente de todo.
"Un "error", uno de esos pequeños errores.
"Oh, Bill, no puedo bromear al respecto "porque estoy devastado.
"Pero ella no me ama "y se va a casar con alguien más, "y espera que cuando la haya perdonado "pueda ser muy exitoso y todo eso.
"Pero, Bill, yo no quiero ser muy exitoso.
"Lo único que quería era a Ag y ser feliz.
Y ahora el mundo entero se quedó sin fondo".
Narrador: Le dio fiebre, se negó a ver a cualquier persona, comenzó a beber en secreto botellas de licor que ocultaba en la biblioteca, dejó de escribir por un tiempo.
Nada parecía tener sentido para él.
Michael: No sé qué tanto confiaba en las mujeres después de eso.
No lo sé.
Pero sé que le encantaba estar enamorado.
Narrador: Había sido periodista en una ciudad grande, había estado cerca de perder la vida en la guerra y había pasado por una decepción amorosa.
Sin embargo, ahora se encontraba de nuevo en casa donde lo trataban como a un niño, como si nada de eso hubiera ocurrido.
Michael: Había cosas qué perseguir.
Al parecer estaba sediento desde pequeño.
Jamás lo habrían podido contener, especialmente después de la Primera Guerra Mundial, los domingos silenciosos y los jardines perfectos de Oak Park.
Me parece algo imposible.
Eso, por supuesto, provocó un conflicto con su familia, que pensaba que al volver de la guerra debíamos ser como ellos percibían que éramos antes de irnos, pero uno ya no es la misma persona.
Él ya no era la misma persona.
Narrador: Al final, el dolor de perder a Agnes terminó.
Ese verano, Ernest le dijo a un amigo que había pasado por lo que llamó un "proceso de cauterización" en el que el coñac y dos o tres encuentros relámpagos con chicas que no le importaban, remplazaron el hierro caliente.
Narrador: Hemingway terminó por volver a su máquina de escribir en otoño y se dedicó a escribir cuentos, primero en una habitación alquilada en Petoskey, Michigan, luego en Toronto, donde como independiente escribió para el Daily Star y el Star Weekly artículos de pesca y de pandilleros de Chicago y del riesgo de dejarse afeitar de forma gratuita en una escuela de barbería.
Pero cuando volvió con su familia a Walloon Lake en verano de 1920, las cosas empeoraron.
No le interesaba buscar un trabajo estable, hablaba de forma vaga de zarpar en un barco de carga y navegar por todo el mundo como había hecho uno de sus escritores preferidos, Jack London.
Cuando su madre se opuso, él estalló en su contra.
Su padre lo exhortó "a calmar su mal genio y a temer a Dios y a respetar a la mujer".
Las cosas alcanzaron un punto crítico seis días después de que cumplió 21 años.
Él y dos de sus hermanas menores se reunieron con amigos, entre ellos las hijas adolescentes de los vecinos, en una fiesta nocturna clandestina al otro lado del lago.
Cuando su madre se enteró se puso furiosa.
Él tenía edad de saber que eso no estaba bien, le dijo, que estaba corrompiendo la moral de los menores, que era una desgracia para la familia.
Le entregó una carta dirigida a "Mi querido hijo Ernesto".
Comenzaba con un catálogo de los sacrificios que decía haber hecho por él.
"El amor de una madre", decía, es "como un banco".
Ella había hecho los primeros aportes: el dolor del parto, las noches en vela, los años de paciente comprensión y apoyo.
Pero ahora que había llegado la "plena adultez" era su turno de hacer sus propios "aportes", decía.
Grace Hemingway: "A menos que tú, mi hijo Ernest, "reacciones, dejes la holgazanería "y la búsqueda de placer, "de pedir préstamos sin intención de devolverlos, "de tratar de vivir a costa de cualquiera "y de todo el mundo, "de despilfarrar todas tus ganancias en lujos, "de vender tu bello rostro para engañar a chicas crédulas "y de ignorar tus deberes ante Dios "y tu salvador Jesucristo, "a menos que, en pocas palabras, asumas tu adultez, "no tienes por delante nada más que la bancarrota.
Tu saldo está en rojo".
Narrador: Ernest debía abandonar la casa, decía, y no "regresar hasta que tu lengua haya aprendido a no insultar ni a humillar a tu madre".
"Cualquiera se siente miserable", le dijo Ernest a un amigo, "de saber que no tiene hogar, aunque no lo use".
Él y su madre terminarían por reconciliarse, pero la antipatía de Hemingway hacia ella no se disiparía.
Sin embargo, de todos sus hijos, él sería el más parecido a ella: de opiniones fuertes, crítico, controlador y exagerado.
Ernest se mudó a Chicago, se fue a vivir con viejos amigos y conoció al célebre escritor Sherwood Anderson, quien se convirtió en una especie de mentor para él.
Hemingway vivía de escribir textos publicitarios y escribía cuentos cortos por la noche.
Estos no parecían interesarle a nadie.
Mujer: Todos los escritores son narcisistas.
-No es lo mismo que ser narcisista que sociópata, pero nadie puede sentarse en una habitación a solas doce horas cada día, pensando en lo que está pensando, y no estar un poco más pendiente de sí mismo que la gente normal.
Es obvio que son diferentes.
Voz femenina: "Oh, señor Hemingway, cómo lo amo.
"Cuán emocionante es usted.
"Cuántas cosas suceden a su alrededor.
"Y además de todo eso, de todas formas lo amo.
"Cómo me encanta la forma en que me ama.
"Y su camisa de franela "me parece un objeto extrañamente hermoso "y además huele tan bien.
"Algún día, si no tengo cuidado, "habrá un poema en el olor de una camisa blanca limpia que hará que se pongan de punta los pelos de los muertos".
Narrador: Una noche de octubre de 1920, Hemingway fue a una fiesta en el apartamento de un amigo y le presentaron a una visitante de San Luis.
"En el instante mismo que entró a la sala, una intensa sensación se apoderó de mí", recordaba Hemingway muchos años después.
"Supe que era la mujer con quien me casaría".
Elizabeth Hadley Richardson tenía 28 años y era el tímido producto de una familia acomodada mucho más tensa y turbulenta que la de él.
Su padre alcohólico se había pegado un tiro cuando ella tenía trece años.
Una hermana adorada había muerto quemada.
Ella misma había tenido un ataque nervioso en Bryn Mawr y había sido forzada a pasar los últimos ocho años en casa cuidando a su madre errática y controladora, en una condición de tal desesperanza que Hadley había pensado en suicidarse.
Su madre había muerto semanas antes de su encuentro con Hemingway.
Contaba que estaba ansiosa por encontrar a alguien con quien comenzar a construir su propia vida.
Hadley: "Te necesito en cada parte de mi vida, "quiero que me beses.
"Quiero poner tu cabeza en mi corazón "y tenerla muy cerca "y arrullarte allí por horas, cosa bendecida, te amo, te amo, lo más tuyo en el mundo".
Narrador: Enamorarse de Hemingway, decía Hadley, fue una "gran explosión a la vida".
Seis semanas después él la llamaba "Hash" y hablaban de matrimonio.
Se casaron casi un año después.
Estuvieron separados casi todo ese tiempo, pero se escribían casi a diario.
Hemingway: "Por supuesto que te amo, "te amo todo el tiempo; "cuando me despierto en la mañana "y me tengo que levantar y me afeito, "miro tu foto y pienso en ti.
"Y por la noche es casi insoportable.
"Buenas noches, mi querida Hash, "quisiera abrazarte y besarte de tal forma "que no te quede duda de que quiero hacerlo o no.
Te amo.
Ernesto".
Narrador: Su amor le devolvió a Hadley la confianza tras años de baja autoestima.
"Somos la misma empresa", le dijo.
"El mundo es una cárcel y vamos a romperla juntos".
Su confianza en él lo ayudaría a desarrollar su talento.
Cuando Ernest le dijo a Hadley que estaba listo para escribir una novela basada en su niñez con "personas reales que hablan y dicen lo que piensan", ella le envió una nueva máquina de escribir Corona.
Desde el principio ella parecía entender lo que él intentaba hacer.
Le encantaba que su estilo "eliminaba todo excepto lo necesario y fortalecedor".
Pero a medida que se acercaba la boda, la ansiedad y la depresión se apoderaron de él.
Adelgazó por temor a que la vida de casado no fuera para él o que Hadley lo traicionara al igual que Agnes.
Su luz se oscureció cada vez más.
Le insinuó a Hadley que estaba pensando en suicidarse.
Hadley: "Sé lo que se siente "porque tantas veces he querido irme "y no he podido por la situación en que dejaría a otros.
"Pero recuerda "que me matarías para todo efecto y propósito.
"Nunca te confundas cuando llegue un momento así.
"Tienes que vivir "primero por ti y después por mi felicidad.
"No te sientas tan horriblemente indigno, "querido Ern.
Llego el sábado para amarte más de cerca".
Narrador: La tarde del sábado del 3 de septiembre de 1921, en una iglesia metodista y no muy lejos de la casa de Walloon Lake, Hadley Richardson se convirtió en la señora Ernest Hemingway.
[música alegre] Hemingway: "Enero, 1922.
"Querida familia, "Hash acaba de entrar y dice que les manda mucho amor "y que les cuente de nuestro apartamento.
"Es en el 74 de la rue du Cardinal Lemoine "y es el lugar más dichoso del mundo.
"Lo alquilamos amoblado por 250 francos mensuales, "unos 18 dólares.
"Es lo más cómodo y económico.
"Hash tiene un piano y colgamos todos los cuadros "en las paredes, hay una chimenea.
"Es en la cima de una colina alta en la parte más antigua de París".
Narrador: El primer hogar verdadero de los Hemingway quedaba en el cuarto piso de un edificio sin ascensor del barrio latino.
Todas las noches la música de un acordeón llegaba desde la sala de baile popular ubicada al lado.
Su amigo y mentor Sherwood Anderson había convencido a Ernest de que París era el lugar ideal para un joven escritor.
Se podía vivir con poco y la ribera izquierda estaba llena de artistas y escritores revolucionarios de todas partes: Pablo Picasso y Joan Miró; Igor Stravinsky y Erik Satie; James Joyce y Gertrude Stein, quienes recordaban París como "el lugar donde estaba el siglo XX".
Narrador: Ernest tenía solo 22 años y trabajaba como corresponsal del Toronto Star sin más publicaciones ni reconocimientos.
Sin embargo, Sherwood Anderson había escrito cartas de presentación a tres amigos suyos influyentes y lo describía generosamente como un "periodista maravilloso" cuyo "talento extraordinario" lo llevaría mucho más allá del periodismo.
Amanda: Es alto.
Es tan guapo como una estrella de cine.
Tiene hoyuelos.
Tiene un cierto carácter intrépido, pero también una dulzura del Medio Oeste al mismo tiempo.
Lo cierto es que cuando llegaba a un lugar la gente lo adoraba de inmediato.
Y eso genera una especie de confianza en que puedes hacer cualquier cosa.
Narrador: Los amigos de Sherwood Anderson hicieron lo que pudieron por el recién llegado.
El primero fue el poeta estadounidense expatriado Ezra Pound.
Tenía buenos contactos en círculos literarios de vanguardia y hablaba bien de Ernest con todos los editores de revistas que conocía.
Gertrude Stein dirigía un salón en la casa que compartía con su pareja Alice B. Toklas.
A esta coleccionista de arte, escritora de vanguardia, defensora del modernismo en todas sus formas le agradó el joven visitante de ojos que recuerda como "luminosos oscuros" y "sonrisa brillante".
También le gustaba su estilo terso y declarativo y le daba apoyo y buenos consejos.
Hemingway contaba que "Miss Stein había descubierto muchas verdades sobre los ritmos y los usos de las palabras en la repetición" que hacían eco al contrapunto que había conocido en la música de Bach.
Stein también lo introdujo al mundo del arte moderno.
Le atraía particularmente la obra de Paul Cézanne, quien pintaba los mismos objetos una y otra vez y construía cada imagen de miles de pinceladas repetitivas.
Hombre: Cézanne trata de romper con los hábitos normales de la visión y creo que eso es lo que le gustaba a Hemingway.
El gran enemigo de Hemingway es el aburrimiento y la rutina y cualquier cosa de costumbre.
Y creo que en Cézanne veía una manera de tomar la misma cosa una y otra vez, paisaje, paisaje, paisaje, la misma montaña, la misma montaña, y hacerla nueva, al mirarla de diferentes formas.
Y creo que ese es su modelo.
Narrador: Sylvia Beach también se hizo amiga de Hemingway.
Dirigía Shakespeare and Company, una librería y biblioteca de préstamos situada en el 12 rue de l'Odéon.
Sylvia: Llegó a mi tienda y tenía una carta de presentación de Sherwood Anderson, pero no me la entregó, la había olvidado y no la necesitaba porque me pareció muy interesante.
Dijo: "¿Le gustaría ver mis, mis heridas?"
y yo dije: "Por supuesto".
Se quitó el zapato y la media y me mostró muchas cicatrices horribles que tenía en la pierna y en el pie.
Y luego nos hicimos muy buenos amigos.
Narrador: Shakespeare and Company era un lugar de reunión para artistas y escritores expatriados.
Hemingway los encantaba a todos, incluyendo al escritor irlandés James Joyce, cuyo Ulises, su novela de atrevida elocuencia, Sylvia Beach venía justo de publicar.
Y decidió educarse, tomando prestados de la tienda libros de D. H. Lawrence, Turgenev, Dostoievsky, Tolstoi.
Hemingway: "Febrero 14 de 1922.
"Ahora conocemos un buen grupo de gente en París "y podríamos dedicarnos solo a la vida social "si quisiéramos, "pero estoy trabajando muy duro y cuidamos nuestro tiempo.
"París es tan bella "que satisface una parte de uno que siempre faltó en Estados Unidos".
Narrador: El resto de su vida, Hemingway insistiría en que él y Hadley no tenían ni un céntimo cuando vivían en París.
No era cierto.
Además de su salario, ella tenía una herencia.
"Siempre teníamos dinero para lo que realmente queríamos hacer", recordaba Hadley, "y siempre teníamos dinero para whisky".
El primer año de su matrimonio fue una especie de luna de miel prolongada; exploraron París, hicieron caminatas, fueron de pesca, esquiaron, pasearon en trineo en los Alpes.
Hombre: Una de sus características es que está comprometido con viajar.
Creo que lo que más disfruta es ser extranjero, un extraño en una tierra extraña.
Todo se intensifica y el gusto se intensifica, la visión se intensifica, los olores se intensifican.
Narrador: Hemingway escribía acerca de todo, la vida nocturna de París y los modales alemanes, fascismo y comunismo y los sombreros de las mujeres, siempre con un tono melancólico y de iniciado, admirable para un joven de menos de 25 años.
Y cuando tenía un momento, trabajaba en sus cuentos cortos y en la novela que había comenzado en Chicago.
A veces llevaba a Hadley a sus viajes de trabajo para el Star, En Italia le mostró el lugar donde había sido herido, en la Selva Negra fueron a pescar trucha, tomaron uno de los primeros vuelos comerciales entre París y Estrasburgo.
Pero era más frecuente que viajara solo y congeniara con los otros periodistas: cubrió una conferencia internacional de economía en Génova, disturbios en Colonia, y, en otoño de 1922, una guerra entre Grecia y Turquía que por un momento pareció poder provocar otra guerra mundial.
Vio pasar un grupo de 20 millas de refugiados griegos que huían del ejército turco.
Hemingway: "Es una procesión silenciosa.
"No se oye ni un respiro.
"Es todo lo que pueden hacer para continuar.
"Sus ropas brillantes de campesinos "están empapadas y sucias.
"Las gallinas cuelgan por las patas de las carretas.
"Un hombre viejo marcha bajo un cerdo joven, "una guadaña y una pistola, "con una gallina atada a la guadaña.
"En uno de los carros, "un hombre extiende una manta para proteger de la lluvia "a su mujer que está dando a luz.
"Ella es la única que hace ruido.
"Su pequeña hija la mira horrorizada "y comienza a llorar.
Y la procesión sigue su marcha".
Narrador: Más tarde, Hemingway se reunió con otros periodistas en Lausana, Suiza, donde los políticos europeos trataban de detener la lucha.
Uno de los periodistas con quienes Hemingway bebía todas las noches era el corresponsal veterano Lincoln Steffens.
A Steffens le causó buena impresión el artículo de Ernest sobre los refugiados griegos y preguntó si podía ver otros de sus escritos.
Así que cuando Ernest le pidió a Hadley que se encontrara con él en Suiza, ella decidió llevar sus obras.
El 2 de diciembre de 1922 empacó en una valija todos los manuscritos que encontró y tomó un taxi hacia la Gare de Lyon.
Un maletero llevó la valija al tren, pero cuando ella llegó a su asiento, no estaba allí.
Se perdieron los primeros capítulos de su novela, así como varios cuentos cortos.
Hadley lloró todo el camino hasta Lausana y cuando llegó apenas logró decirle a su esposo lo que había pasado.
Hemingway: "Lloraba y lloraba y no me podía decir.
"Le dije que sin importar qué cosa atroz hubiera ocurrido, "nada podía ser tan grave, y que fuera lo que fuera, "todo estaría bien y no había de qué preocuparse.
Lo arreglaríamos".
Narrador: Pero no lograron arreglarlo.
Hemingway estaba enojado.
Le dijo a un amigo que había perdido "todo lo que había hecho durante dos años".
Tendría que empezar de nuevo, si bien algunos escritos se habían salvado.
Quedó aún más impactado unas semanas después cuando Hadley le dijo que estaba embarazada.
Él tenía solo 23 años.
"Soy muy joven para ser padre", le dijo a Gertrude Stein, y, según ella, lo había dicho "con verdadero rencor".
Hemingway: "Yo intentaba aprender a escribir "comenzando por las cosas más simples "y una de las cosas más simples y la más fundamental "es la muerte violenta.
"Así que fui a España a ver corridas de toros "y a tratar de escribir sobre eso.
"Pensé que serían simples y bárbaras y crueles "y que no me gustarían, "pero que vería una cierta acción definitiva que me daría la sensación de vida y muerte que buscaba".
Mujer: Hablaba del primer toro que había visto, estaba en la primera fila, podía ver muy bien el toro y dijo que lo impactó su poder y su tamaño, su fuerza natural.
Creo que en parte le interesaba porque él también tenía poder y fuerza natural y era una fuerza de la naturaleza.
Y eso es lo que un artista hace con la materia de su obra.
Vas con tu fuerza, con tu voluntad, con tus habilidades y controlas la materia de tu obra y haces algo hermoso con ella.
Narrador: Hemingway se enamoró de España.
Escribió que estaba seguro de que las corridas de toros serían "cuentos grandiosos algún día.
Es como estar en primera fila en la guerra sin que nada te pase a ti".
Hadley recordaba estar en las graderías tejiendo ropa de bebé, "bordando en presencia de toda esa brutalidad".
Hemingway: "Toronto, Canadá, 7 de noviembre de 1923.
"El bebé ha optado por chillar y es una verdadera molestia.
"Supongo que gritará a más no poder "por los próximos dos o tres años, "parece ser lo único que lo entretiene, a nadie le provoca tanto placer como a él".
Narrador: John Hadley Nicanor Hemingway nació en Toronto el 10 de octubre de 1923.
Lo llamaron "Nicanor" en homenaje a un torero español que Hemingway admiraba.
Hadley llamaba "Bumby" al bebé, porque según ella, en sus brazos "lo sentía redondo y sólido".
Los Hemingway habían regresado a Norteamérica hacía poco.
Ernest había decidido que era mejor tener un trabajo estable al menos durante el primer año del bebé y el Toronto Star recibió con los brazos abiertos a su talentoso corresponsal de vuelta en la oficina principal.
Sin embargo, su editor comenzó a agobiarlo; odiaba los encargos de principiante que le asignaba, no hallaba tiempo para escribir sus propias cosas y anhelaba volver a París, donde, le dijo a su hermana, "no hay muchas bañeras ni instalaciones eléctricas, pero están casi todo el encanto, la buena comida y la mayor parte de la gente buena del mundo".
En febrero de 1924, menos de cuatro meses después, regresaron a París y se mudaron a un apartamento en un segundo piso, sobre un aserradero ruidoso en el 113 rue Notre-Dame-des-Champs.
"Vivíamos como salvajes y seguíamos nuestras propias leyes tribales", escribió Hemingway, "y teníamos nuestras propias costumbres, nuestras propias reglas, secretos, tabús y delicias".
Hadley comenzó a llevar el pelo corto y él se lo dejó crecer hasta que lo tuvieron igual.
Ernest también había decidido abandonar el periodismo para dedicarse a escribir lo que él quería.
A la larga, explicaría que, "cuando se trabaja en el periódico "hay que aprender a olvidar todos los días "lo que pasó el día anterior.
"Trabajar en el periódico es valioso hasta el momento en que inevitablemente comienza a destruirte la memoria".
Tobías: ¿Qué dijo una vez?
Un escritor debe llegar al trabajo como un sacerdote al altar.
Y para él su vocación tenía ese toque sagrado, era sagrada para él esa labor.
Para mí, la valentía con que fue a la guerra no se puede comparar con la valentía con que se ponía a escribir.
Narrador: Con el apoyo de amigos, Hemingway publicaría dos libros cortos: Tres historias y diez poemas y En nuestro tiempo.
Para Hemingway lo fueron todo, pero solo se imprimieron algunos ejemplares.
Los padres de Hemingway pidieron seis ejemplares de En nuestro tiempo.
Su hermana contaba que, al leer un cuento de un veterano de guerra abandonado por una enfermera llamada Ag y contagiado de gonorrea por una vendedora, su padre le escribió para decirle que el libro era una porquería, que ningún caballero mencionaba una enfermedad venérea fuera de un consultorio médico.
Su madre quería que él fuera artista, pero no de este tipo.
Otro de los cuentos era tan audaz que incluso Gertrude Stein le había dicho a Hemingway que era demasiado obsceno para publicarlo.
Se llamaba "Allá en Michigan".
Michael: Me parece que "Allá en Michigan" es muy importante porque, primero que todo, dice que no hay límites: "Voy a escribir sin límites, "sin restricciones, "no le haré caso a su mundo cortés.
"Voy hacia lo que me parece cierto, "pero lo voy a ver desde el punto de vista de la mujer".
Narrador: Liz Coates es una adolescente que trabaja en un hostal en el pequeñísimo pueblo de Horton's Bay.
Uno de los huéspedes es un joven herrero bien parecido llamado Jim Gilmore.
Una noche bajan al muelle.
Hemingway: "-No lo hagas, Jim.
-dijo Liz.
"La mano de Jim siguió ascendiendo "-No debes, Jim.
No debes.
"Ni Jim ni la mano grande de Jim le hicieron caso alguno.
"Las tablas eran duras.
"Jim le había levantado el vestido "e intentaba hacerle algo.
"Ella estaba asustada pero quería.
"Lo anhelaba, pero le temía.
"-No debes hacerlo, Jim.
No debes.
"-Tengo que hacerlo.
Voy a hacerlo.
"Sabes que tenemos que hacerlo.
"-No es así, Jim.
"No tenemos que hacerlo.
No, no está bien.
"Oh, es tan grande y duele tanto.
"No puedes.
"Oh, Jim.
"Jim.
Oh".
Edna: Me parece que muchas mujeres sienten y en efecto... difunden la idea de que a Hemingway le disgustaban las mujeres y que siempre las representaba de forma negativa.
Esto no es cierto.
"Las tablas de cicuta del muelle estaban duras "y astilladas y frías.
"Y Jim le pesaba y le había hecho daño.
"Liz lo empujó; "estaba muy incómoda y acalambrada.
"Jim dormía.
No se movía.
"Logró salir de debajo de él y se sentó "y se enderezó la falda y el abrigo "y trató de arreglarse el pelo.
"Jim dormía con la boca un poco abierta.
"Liz se inclinó y le dio un beso en la mejilla.
"Él aún dormía.
"Le levantó un poco la cabeza y la agitó.
"Él giró la cabeza hacia el otro lado "y tragó saliva.
"Liz comenzó a llorar.
"Caminó hasta el borde del muelle "y miró el agua.
"Una bruma se elevaba desde la bahía.
Tenía frío y se sentía infeliz y como si todo se hubiera ido".
Ahora les pediría a... sus detractoras o detractores que lean este cuento y que digan con toda franqueza si este es un escritor que no comprende las emociones de las mujeres, que las odia.
No pueden decirlo.
Nadie podría.
Michael: Es una cita que se convierte en violación.
Él se internaba en lo más profundo de nosotros y mucha gente no quería ver eso, como sus padres, como la señora Stein, como mucha más gente.
A él no le importaba y creo que al final es por eso que es un artista.
Narrador: El crítico Edmund Wilson elogiaba a Hemingway porque escribía prosa "de primera categoría" y por haber dejado "un registro desgarrador de las barbaridades de la época que vivimos".
Escribir a tiempo completo no era fácil; el bebé lloraba y los amigos llegaban de día y de noche.
Hemingway: "A veces cuando intentaba comenzar un cuento "y no lo lograba "solía mirar sobre los tejados de París "y pensar: 'No te preocupes.
"Siempre has escrito en el pasado "y escribirás ahora.
"Solo necesitas escribir una oración verdadera.
"Escribe la oración más verdadera que conozcas'.
"Finalmente solía escribir una oración verdadera "y comenzar desde allí.
Era fácil entonces "porque siempre había una oración verdadera "que conocía o que había visto u oído decir a alguien.
"Si empezaba a escribir de forma elaborada "o como un anunciante o un presentador, "noté que podía cortar el patrón o los ornamentos "y desecharlos "y comenzar con la primera oración declarativa "simple verdadera que había escrito, y seguir desde allí".
Michael: Los cuentos cortos son más importantes para mí ahora porque se trata de un joven que inicia su aventura.
Está hambriento, emocionado, observa y comenta como un halcón.
Está sintiendo todo, anticipándose a todo, está tratando de que todo le salga bien.
Es terriblemente emocionante.
Amanda: Si fuera una cámara haría planos extremadamente cercanos todo el tiempo.
Se acerca más, más, más y, cada detallito, de repente se vuelve muy, muy grande.
No es como escribían los escritores del siglo XIX, de forma panorámica, con la cámara instalada muy, muy lejos y uno ve una extensión gigante de experiencia.
En cambio, él se acerca mucho.
Uno puede ver cada poro de la piel de cada persona cuando él escribe.
Y eso es supremamente emocionante.
Narrador: Durante la primera mitad de 1924, Hemingway escribió más cuentos con la esperanza de incluirlos en una compilación nueva y extendida de "En nuestro tiempo".
Stephen: "En nuestro tiempo" reorganizó la geografía de lo posible para mucha gente que escribía en inglés.
Cuando retomo ese libro y trato de olvidar en quién se convirtió, quedo alucinando.
Ese libro te hace estallar la cabeza.
Narrador: En la mitad de los cuentos de "En nuestro tiempo" aparece Nick Adams, un personaje muy similar a Hemingway de joven.
En "Campamento indio" es un niño pequeño que acompaña a su padre, un médico, a atravesar un lago para ir a un campamento donde una mujer está en trabajo de parto hace dos días.
Lo que sigue es horror puro.
El niño observa mientras el padre hace una cesárea de emergencia a la luz de un farol con una navaja y sutura la herida con hilo de pesca, todo sin anestesia.
Cuando Nick le pregunta a su padre si puede acallar los gritos de la mujer, él responde: "No son importantes".
Más tarde se descubre que el padre del bebé, aparentemente incapaz de soportar su impotencia ante el calvario que vive su esposa, se ha cortado el cuello.
Hemingway: "-¿Siempre es así de difícil para las damas "tener hijos?
-preguntó Nick.
"-No, este caso es muy, muy excepcional.
"-¿Por qué se suicidó, papá?
"-No lo sé, Nick.
"Supongo que no logró soportar la situación.
"-¿Hay muchos hombres que se matan, papá?
"-No muchos, Nick.
"-¿Muchas mujeres?
"-Casi nunca.
"-¿Nunca lo hacen?
"-Oh, sí.
A veces sí.
"-¿Es difícil morir, papá?
"-No, creo que es más bien fácil, Nick.
"Todo depende.
"Estaban sentados en el barco; "Nick en la popa y su padre remando.
"El sol se elevaba sobre las colinas.
"Un bagre saltó e hizo un círculo en el agua.
"Nick metió la mano en el agua.
"Parecía tibia por el frío mordaz de la mañana.
"Temprano en la mañana en el lago, "sentado en la popa del barco con su padre remando, estaba seguro de que nunca moriría".
Tobias: "Campamento indio" es, es uno de mis cuentos favoritos de todos los tiempos.
Era solo "un bebé" cuando lo escribió.
Pero es verdad, es una obra muy sofisticada y trata temas muy sensacionalistas sin absolutamente ningún sensacionalismo.
Stephen: Y la conclusión final es que... te vas a morir.
Él sabe que se va a morir, lo ha visto.
Pero deja una sensación de que estar con su padre, estar en la naturaleza al amanecer, de que es posible tener esperanzas o negar o evadir la verdad por un rato.
Narrador: Los últimos cuentos de la colección son "El gran río Two-Hearted, Primera y Segunda parte".
Son sobre un Nick Adams un poco mayor; un escritor que ha quedado herido y traumatizado tras la Gran Guerra.
"Era sobre la guerra", recordaba Hemingway después, "pero la guerra no se mencionaba en él".
Nick viaja solo a la península norte de Michigan adonde solía ir a menudo a pescar trucha antes de la guerra.
Un incendio forestal ha destruido el pueblo que él conocía.
Teme que el río y la vida que conocía antes de la guerra también se hayan arruinado.
Hemingway: "El río estaba allí.
"Se arremolinaba en torno a las pilas de leña del puente.
"Nick miró el agua clara y marrón "coloreada por las piedritas del fondo "y observó las truchas mantenerse firmes "en la corriente, ondeando las aletas.
"Mientras las miraba, "cambiaban de posición en ángulos rápidos "y volvían a estabilizarse en el agua.
"Nick las observó por largo tiempo.
"Era un día caluroso.
"Un martín pescador voló contra la corriente.
"Hacía mucho tiempo que Nick no veía truchas en el río.
Era placentero...".
Mujer: Me encantó.
Me encantó la descripción del escenario que no dice nada de su situación interna.
Tiene un cierto dolor o algo malo había dentro de él.
Al seguir su descripción del paisaje y de lo que hace, sentimos que se cura, que sana.
Narrador: En 1925 el editor neoyorquino Horace Liveright publicó la edición extendida de "En nuestro tiempo", pero se negó a incluir "Allá en Michigan", el cuento que Gertrude Stein había calificado como no apto para publicar.
Hemingway se sintió decepcionado pero dijo que esperaba que el libro fuera "elogiado por intelectuales y leído por el pueblo.
Allí no hay escrito nada que una persona con educación de secundaria no pueda leer".
Stephen: Hay que tener en cuenta, cuando se piensa en Modernismo, al menos anglo-irlandés, estadounidense, Alto Modernismo, es que había un culto a la dificultad: Joyce, difícil; Gertrude Stein, difícil; Faulkner, difícil; E.E.
Cummings, difícil.
Hemingway nadó contra la corriente en eso.
Se atrevió a ser directo o aparentemente directo.
Se atrevió a personificar la simplicidad.
Te atrapa con el aire popular y después te embauca.
Y después te conviertes en su trofeo.
Narrador: El libro causó sensación entre los críticos.
El New York Times publicó que Hemingway metía "un personaje entero en una frase, una situación completa en una oración o dos" y hacía que, "cada palabra contara de tres o cuatro formas".
Time publicó: "Ernest Hemingway es un transcriptor de la vida nuevo, sincero y no literario: un escritor".
Stephen: Era muy inquieto y ambicioso.
Muy competitivo.
Y Faulkner avanza, Fitzgerald avanza, Joyce es el rey de la escritura, y él sabía que debía haber una novela.
¿Cómo se pasa de la microcostura entre una oración y otra y otra y, "!¡Oh, por fin, un párrafo!
!¡Solo tardé una mañana!".
¿Cómo se pasa de eso a una forma más larga?
Hemingway: Comencé en Valencia cuando cumplí 26, el 21 de julio.
La gente de mi edad había escrito una novela y a mí todavía me costaba escribir un párrafo.
Así que comencé el libro en mi cumpleaños, escribí durante la Feria, en la cama por la mañana, fui a Madrid y escribí allí.
En la habitación había una mesa y escribía muy plácido en la mesa y en la esquina del hotel en una cervecería, de buen ambiente.
[música alegre] Narrador: En el verano de 1925, los Hemingway dejaron a Bumby con una niñera y regresaron a Pamplona para ver la corrida de toros anual.
Con ellos fue un grupo de cinco amigos estadounidenses y británicos, entre ellos la seductora Lady Duff Twysden.
"Todo el mundo bebía todo el tiempo y todo el mundo tenía aventuras con todo el mundo", recordaba Hadley.
"A mí eso me molestaba".
Después, Ernest y Hadley siguieron las corridas por toda España: Valencia, Madrid, San Sebastián, y durante el viaje, en trenes y buses, en restaurantes y de noche en cuartos de hotel, él trabajaba fervientemente en su novela, inspirado en el periodo turbulento que habían vivido con sus amigos en Pamplona.
Se llamaría Fiesta.
Terminó el primer borrador en tan solo ocho semanas.
Sería un retrato sarcástico y preciso de la que Gertrude Stein llamó "la generación perdida": hombres y mujeres marcados por la Gran Guerra que hacían lo posible por borrar su recuerdo.
El Narrador, un periodista de Kansas City, se llamaba Hem antes de convertirse en Jake Barnes.
Barnes es un veterano de guerra con una herida misteriosa e inexplicada que lo ha vuelto impotente.
Hombre: Es una novela donde hay un gran silencio.
¿no es cierto?
Hay algo central que está ocultado y que el lector va descubriendo poco a poco que es la impotencia del protagonista.
Hemingway: "Fuera del tren nocturno, "corriendo en los rieles del tranvía, "pasaban cargando vegetales hacia el mercado.
"Hacían ruido en la noche cuando uno no podía dormir.
"Desvistiéndome, me miré en el espejo del gran armario "junto a la cama.
Todas las formas de ser herido...".
Mario: Hay, de todas maneras, como centro de la historia, más importante que el decorado es la historia de los personajes.
Los personajes son riquísimos personajes, interesantes, fascinantes, todos personajes un poco trágicos como son los personajes de Hemingway siempre, siempre al borde de la muerte con la muerte rondándolos.
Narrador: En los primeros borradores, Hemingway había usado los nombres reales de sus amigos del periodo de insensatez y embriaguez de Pamplona.
Los cambió más tarde porque temía que lo demandaran.
Lady Duff Twysden, quien había cautivado a Hemingway.
e inquietado a Hadley, se convertiría sin mucho maquillaje en Lady Brett Ashley, la mujer promiscua que Jake Barnes desea y nunca puede poseer.
Hemingway: "Brett era muy atractiva.
"Se ponía un saco ancho y una falda de tweed "y se peinaba hacia atrás como un niño.
"Ella inició todo eso.
"Tenía curvas como las del casco de un yate de carreras y el saco de lana no disimulaba ninguna de ellas".
Hombre: Alguien como Lady Brett es, efectivamente, un personaje muy fuerte, se esfuerza por vestirse como un hombre, como un niño.
Viste un saco de rugby, se corta el pelo y decide vivir la vida como lo haría un hombre en ese momento.
Eso es muy provocativo para un texto de 1926.
Narrador: Otro miembro del grupo, Harold Loeb, guapo, atlético y judío, se convirtió en Robert Cohn: débil y desagradable, despreciado por algunos del grupo por ser judío.
Hemingway: "Bill miró a su alrededor "a medio afeitar "y luego continuó hablándole al espejo "mientras se enjabonaba la cara.
"-¿No tenías amigos judíos que vinieran contigo?
"-Se frotó el mentón con el pulgar, "se miró y comenzó a rasurarse nuevamente.
"-Tú mismo tienes algunos muy buenos.
"-Oh, sí, tengo algunos extraordinarios, "pero nadie como Robert Cohn.
"Lo gracioso es que también es amable.
"Me agrada.
"Pero es tan terrible.
"-Puede ser muy amable.
-Lo sé; esa es la parte terrible".
Mary: Me encanta Fiesta.
Sin embargo, es trágico que haya convertido a Harold Loeb en un judío detestable.
Es... increíble.
Es increíble.
Harold Loeb no lo podía creer.
Porque él pensaba que eran buenos amigos.
Eran buenos amigos.
Solo logró decir: "Todavía no lo comprendo.
Él era mi amigo".
Narrador: El protagonista de Hemingway, Jake Barnes, es informante aburrido que está en Pamplona; parece saberlo todo sobre las corridas de toros.
La estrella de la fiesta es un matador llamado Pedro Romero, de solo 19 años, inocente y puro.
Aunque en el mundo de las corridas se espera que no cambie, Jake rompe las reglas y le presenta a Brett Ashley, la mujer con quien él nunca podrá estar.
Mujer: Jake Barnes no debió hacer eso.
No es una persona seria y comprometida.
Es una mujer libre.
Es una mujer libre, se da gustos y quiere darse el gusto del torero.
Jake Barnes debió haber protegido a esta figura joven, vulnerable y ética.
Después de eso, la gente que lo sabe, en Pamplona, se vuelve en contra de él.
Apenas le hablan.
Lo evitan.
Es, es un punto crítico para el personaje.
Por supuesto, él sabe lo que hizo.
Narrador: Al final de la novel, Jake y Brett comparten un taxi en Madrid.
Hemingway: "El conductor avanzó por la calle.
"Me recosté en el asiento.
"Brett se me acercó.
"Nos sentamos muy juntos.
"La rodeé con el brazo "y ella se acomodó contra mi cuerpo.
"Era un día caluroso y brillante "y las casas resultaban extraordinariamente blancas.
"Entramos en la Gran Vía.
"-!¡Oh, Jake!
-dijo Brett-.
"!¡Podríamos haberla pasado tan bien juntos!
"Delante de nosotros había un policía vestido de caqui "dirigiendo el tráfico.
"Levantó el bastón.
"El auto desaceleró, "de repente Brett se apretó aún más contra mí.
-Sí -dije- ¿No es lindo pensarlo?"
TIM: Y "¿no es lindo pensarlo?"
Es la melancolía de lo que, de lo que los dos perdimos y nunca tuvimos.
Una melancolía.
"¿No es lindo saber que mi padre y yo habríamos podido hablar de, literalmente cualquier cosa?
Es lindo pensarlo".
Pero no sucedió, no sucederá.
Tiene un toque de tristeza que me parece plenamente humano.
"Todo lo que no será", que será cierto para todos los seres humanos del planeta de alguna manera, "todo lo que jamás será".
Tiene cierta universalidad; "¿No es lindo pensarlo?"
Narrador: La guerra había aniquilado toda ilusión sobre el futuro, pero Hemingway parecía sugerir que incluso en las vidas destrozadas, a pesar de las humillaciones a que los hombres y las mujeres se someten unos a otros, se podía hallar algo de esperanza, algo de dulzura.
Edna: Me encanta Fiesta.
Para mí... el meollo del asunto, tienes los hoteles y la bebida y las corridas y la pesca y la montaña y las mochilas, "es un muy buen vino".
Después toda la fanfarronería y la impotencia.
A mí, cuando lo leí, me condujo a un mundo exótico, en el glamour, en una vida que, como venía del condado de Clare en Irlanda, no podía creerlo.
Me sedujo.
Esa es la palabra que busco.
Hemingway: 23 de agosto de 1925.
"Es una novela terriblemente buena.
"Está escrita con simpleza y llena de cosas que pasan "y de gente y de lugares y es emocionante "y no tiene cosas autobiográficas "de primera novela.
"Creo que será un éxito y hará que los bastardos "que dicen que pueden escribir párrafos cortos "muy bonitos se coman sus palabras.
"Traté de escribir una muy buena historia "sobre gente común, "sin fingir exquisitez ni estupideces.
"Todo el mundo sabe que la vida es una tragedia, "que nacemos aquí y morimos allá.
Todo el mundo se muere, todo el mundo la pasa mal".
Narrador: A Ernest le gustaba su manuscrito, pero no su editor Horace Liveright.
Su último libro, "En nuestro tiempo", había tenido éxito entre los críticos, pero no en las ventas.
Según el contrato, Liveright tenía derecho a publicar sus dos libros siguientes siempre y cuando aceptara el primero a más tardar 60 días después de su entrega.
Para ese entonces ya era buen amigo del novelista célebre F. Scott Fitzgerald, quien había advertido de la gran promesa de Hemingway a su editor, Maxwell Perkins de Scribner's.
Fitgerald: "Querido Max: Escribo para contarte "de un joven llamado Ernest Hemingway "que vive en París.
"Es estadounidense, "escribe en el Transatlantic Review "y tiene un futuro brillante.
"Ezra Pound publicó una compilación "de sus cuentos cortos.
"No la tengo aquí, pero es impactante "y en tu lugar, querría saber quién es.
Es un escritor de verdad.
Scott".
Narrador: Aunque fue Fitzgerald quien terminó por convencer a Ernest de tirar por la borda los dos primeros torpes capítulos de Fiesta, Hemingway afirmaría luego que había sido idea suya desde el principio.
Luego, Fitzgerald halló la forma de que Hemingway deshiciera su contrato: escribir algo que Horace Liveright no pudiera aceptar.
En solo diez días, Ernest produjo Torrentes de primavera, una sátira cruel de su amigo Sherwood Anderson, quien había sido particularmente generoso con Hemingway y era uno de los autores con mejores ventas de Liveright.
A Hadley le pareció "detestable" la parodia de Anderson.
Sin embargo, la opinión de Hadley había comenzado a importarle menos que la de otra mujer.
A Pauline Pfeiffer el manuscrito le había parecido muy gracioso; otra prueba de la genialidad de Ernest.
Era sagaz, adinerada, culta, se dedicaba a cubrir la moda de París para Vogue y era católica practicante.
Primero se había hecho amiga de Hadley y había sido una visitante frecuente del apartamento arriba del aserradero.
Ernest invitó a Pauline a pasar la Navidad en Austria con ellos.
"Pauline era amable conmigo", contaba Hadley.
"Quería ser mi amiga".
Los tres se turnaban para jugar con Bumby, esquiaban, bebían y jugaban bridge todas las noches.
Pero por la tarde, Ernest daba largos paseos por la nieve con Pauline, no con Hadley.
"No fue directamente tras mi esposo", recordaba Hadley años después.
"Pero cuando decidía que eso era lo que quería, era muy agresiva.
Él no pudo evitarlo".
Hemingway: "Amar a dos mujeres al mismo tiempo, "amarlas verdaderamente, "es lo más destructivo y terrible "que le puede ocurrir a un hombre.
"Haces cosas imposibles, "y cuando estás con una, la amas; "y con la otra, la amas y juntas, las amas a las dos.
"Rompes todas las promesas "y haces todo lo que sabías que nunca podrías hacer "ni querrías hacer.
"Mientes y odias hacerlo y te destruye "y se vuelve más peligroso cada día.
"Todo está dividido dentro de ti y ahora amas a dos personas en lugar de una, y lo extraño es que eres feliz".
Narrador: Cuando Hemingway le entregó Torrentes de primavera a Horace Liveright, el editor lo rechazó de inmediato, exactamente como Ernest esperaba.
Ahora tenía la libertad de proponérselo a Scribner's junto con Fiesta.
En enero de 1926, Ernest viajó a Nueva York por tres semanas a conocer a su nuevo editor: Max Perkins.
Hadley y Bumby se quedaron en Austria.
Hadley esperaba que su esposo tomara un tren hacia los Alpes tan pronto regresara a Francia.
Sin embargo, fue a París, al apartamento de Pauline, una decisión que lo atormentaría un día.
Hemingway: "La chica de quien estaba enamorado "estaba en París "y no tomé el primer tren ni el segundo ni el tercero "y adonde fuimos y lo que hicimos "y la increíble felicidad dolorosa y viva, "el egoísmo y la traición de todo lo que hacíamos "me causaba tanta dicha, una inmortal y aterradora dicha "que llegó el remordimiento negro "y el desprecio del pecado, pero ningún arrepentimiento, solo una culpa terrible".
Narrador: Fue a ver a Hadley tres días después.
Hemingway: "Cuando volví a ver a mi esposa "que esperaba junto a las vías la llegada del tren, "junto a la pila de troncos de la estación, "deseé haber muerto "antes de haber amado a cualquier otra persona.
"Sonreía, tenía el sol en su bello rostro "quemado por la nieve y el sol, "hermosa, su pelo dorado ardía bajo el sol, "y el señor Bumby a su lado, rubio y redondo "con mejillas de invierno.
"La amaba y no amaba a nadie más "y el tiempo que pasamos fue hermoso y mágico "mientras estuvimos solos.
"Trabajé bien e hicimos muy buenos viajes, "pero no fue hasta que dejamos las montañas "al final de la primavera y volvimos a París que lo otro volvió a comenzar".
Narrador: Ernest esperaba poder mantener las cosas así; seguir casado con Hadley y tener a su amante a su disposición.
Pero a Pauline no le gustaba la idea de seguir siendo su amante.
Había decidido convertirse en su esposa.
Hadley confrontó a su esposo.
"Fue una pelea terrible", recordaba.
Ernest arremetió contra ella.
Si tan solo hubiera mantenido en secreto su infidelidad, dijo, las cosas habrían podido continuar, pero ahora que había roto el hechizo, su amor ya no estaba a salvo.
"Si hubiera pensado un poco", recordaba Hadley años después, "habría dejado que se fuera y se hartara con Pauline y habríamos podido volver a comenzar".
Sin embargo, en septiembre escribió a lápiz una especie de contrato.
Ernest y Pauline tendrían que pasar cien días separados, y si después de eso todavía se deseaban, ella aceptaría el divorcio.
Ernest y Pauline accedieron a cumplir sus condiciones.
Él se fue a vivir con un amigo.
Pauline volvió a casa.
Su madre se horrorizó al principio.
Su hija había acabado con el matrimonio de Hemingway.
Ernest no era católico y tenía un hijo pequeño.
La depresión se apoderó nuevamente de Hemingway, quien estaba solo en París, y esta vez vino teñida de culpa por lo que le estaba haciendo a Hadley.
Bebía demasiado, cazaba peleas, no podía dormir, se convenció de alguna forma de que él era la víctima.
Dos meses después, el 16 de noviembre de 1926, Hadley le escribió a Ernest que si él y Pauline de verdad querían estar juntos, ella no se interpondría.
Se podrían casar libremente.
Hadley: "Todo el problema es de ustedes dos.
"Yo no soy responsable por su bienestar futuro.
"Originalmente te acepté en las buenas y en las malas "sinceramente, "pero si te vas a casar con otra persona, "solo puedo cumplir esa promesa como una amiga externa.
"Ven a ver a Bumby todas las veces que quieras "-es tan tuyo como mío- "y llévalo de paseo a veces si te interesa hacer esas cosas, para que sepa que eres su verdadero papá".
Narrador: Hadley y Bumby pronto volvieron a Estados Unidos.
Ernest se quedó en París.
Pauline se reunió allá con él.
Entretanto, Scribner's había publicado finalmente Fiesta.
Edmund Wilson declaró que era la mejor novela jamás escrita por alguien de la generación de Hemingway.
Un crítico de The Atlantic dijo que Hemingway "escribe como si nunca hubiera leído a ningún escritor, como si hubiera inventado él mismo el arte de escribir".
El libro se vendió bien.
El autor insistió en que Hadley recibiera todas las regalías.
Narrador: El 10 de mayo de 1927 Ernest Hemingway y Pauline Pfeiffer se casaron en París.
Hicieron dos ceremonias: una en la alcaldía y otra en la iglesia católica.
La familia Pfeiffer había decidido aceptar la decisión de Pauline de casarse con Hemingway.
Ahora él afirmaba que siempre había sido católico porque un sacerdote le había dado la extremaunción cuando lo habían herido en la guerra.
Como su primer matrimonio no había sido en la iglesia, ésta no lo reconocía; Hadley nunca había sido realmente su esposa y, por lo tanto, Bumby era un hijo ilegítimo.
Hemingway esperaba llevar con Pauline una vida como la que había llevado con Hadley, cafés en París, corridas de toros, esquí, y soñaba con escribir un éxito literario tras otro.
Sin embargo, las cosas no se dieron así.
Comenzó una novela sobre un padre y un hijo, pero la abandonó.
Un nuevo libro de catorce cuentos cortos, Hombres sin mujeres, no se vendió tan bien como él quería y obtuvo críticas variadas.
A algunos lectores les disgustaban los temas, entre ellos homosexualidad, infidelidad y divorcio.
Como siempre, Hemingway trató de hacer que sus personajes hablaran exactamente como hablaban sus contemporáneos, incluso con epítetos raciales.
Marc: ¿Por qué emplear esa palabra con "N" varias veces?
Hemingway sabe que es probablemente una de las palabras más ofensivas que podía emplear, incluso en ese momento.
¿Es posible decir que Hemingway tenía prejuicios en la vida, en su escritura?
Definitivamente, es posible.
Pero también es posible retirar las capas y ver un poco más del hombre que intenta transmitir la sensación de una época.
Stephen: No es una excusa para él.
No creo que se pueda encasillar a Hemingway en lo que consideramos social y políticamente aceptable la mayor parte del tiempo.
Narrador: Hombres sin mujeres también incluía un cuento que está entre sus obras maestras: "Colinas como elefantes blancos".
En él, una pareja que espera en una pequeña estación de tren en España, debate sobre el aborto de la mujer, sin decir la palabra una sola vez.
Edna: Lo que no se dice es maravilloso.
De alguna forma, la relación entera que esto ensombrecerá para siempre, por no decir que la destruirá, se entiende la imagen, sin que él lo diga con palabras.
Porque eso es lo que hacía.
Esa evasión que dominaba y el control que dominaba es una de las cosas que lo hacían un genio.
Hemingway: "-Realmente es una operación muy simple, Jig.
"-dijo el hombre- No es realmente una operación.
"La chica miró al suelo "donde reposaban las patas de la mesa.
"-No será grave para ti, Jig.
"Realmente no es nada.
"Solo es dejar que el aire entre.
"La chica no dijo nada.
"-Iré contigo y me quedaré contigo todo el tiempo.
"Solo dejan entrar el aire "y después todo es perfectamente natural.
"-¿Y qué vamos a hacer después?
"-Después vamos a estar bien.
"Como estábamos antes.
"-¿Qué te hace pensar eso?
"-Es la única molestia que tenemos.
Es lo único que nos hace infelices".
Miriam: Sabe lo que quiere; quiere una sola cosa, dice: "Deshazte de esta cosa".
Pero no le puede decir eso.
Así que dice: "Solo quiero lo que tú quieres".
Dice: "Haré lo que me digas.
No hagas nada que no quieras hacer", pero la presiona y la presiona y la presiona.
Duele ver cómo lo hace.
La mayoría de las mujeres lo reconocen, aunque no sea esa situación: la presión, la insistencia, la afirmación masculina.
Y, luego, finalmente ella dice, y esto, creo, es una oración terriblemente subestimada, le dice: "¿Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor puedes callarte?"
No sabemos qué decisión va a tomar.
Quizá haga lo que él dice para conservar la relación, pero si lo hace, la relación acabará.
Quizá tenga el bebé y se quede sola con el bebé.
Quizá no tenga el bebé y siga con su vida.
Haga lo que haga, su vida será diferente.
Hemingway: "Tomaba un anís en el bar y miraba a la gente.
"Todos esperaban el tren tranquilamente.
"Salió por la cortina de cuentas.
"Ella estaba sentada en la mesa y le sonrió.
"-¿Te sientes mejor?
-preguntó.
"-Me siento bien.
-dijo ella- No tengo ningún problema.
Me siento bien".
Narrador: En marzo de 1928, Hemingway y Pauline se fueron de Francia.
Ella estaba embarazada y querían tener el bebé en Estados Unidos.
Hemingway se recuperaba de una segunda herida grave que se había hecho en la cabeza al dejar caer un tragaluz.
El accidente le dejó una cicatriz.
Sin embargo, había comenzado una nueva novela; una historia sobre un soldado herido que se enamora de la enfermera que lo cuida.
Los Hemingway alquilaron una casa en Key West, Florida, donde Ernest pescó en el mar por primera vez.
Cuando el bebé estaba por llegar se mudaron a la casa de los padres de Pauline en Piggott, Arkansas, y pasaron un mes en Kansas City, donde el 28 de junio de 1928, nació Patrick Hemingway por cesárea después de un parto difícil.
Regresaron juntos a Arkansas.
Pero después, Hemingway partió solo hacia el oeste a escribir y a trabajar y revisar el libro que ahora lo consumía.
Se llamaría Adiós a las armas.
Hemingway: "Recuerdo vivir en el libro "e inventar lo que ocurría en él a diario.
"Fui más feliz que nunca construyendo el campo "y la gente y las cosas que ocurrían.
"Todos los días leía el libro desde el principio "hasta donde seguía escribiendo "y todos los días me detenía cuando aún llevaba buena marcha "y cuando sabía lo que pasaría después.
"Al final de ese verano "vivimos en una casa en un pueblo "donde la vista atravesaba el río y la pradera "y llegaba a las montañas.
"En el fondo del río había piedras y rocas, "secas y blancas bajo el sol "y el agua era clara y azul y se movía con rapidez "en los canales.
Por la casa y por la calle pasaron tropas"... Edna: "y el polvo que levantaron cubrió las hojas de los árboles.
"Los troncos de los árboles también se empolvaron "y las hojas cayeron temprano ese año "y vimos las tropas marchar junto a la calle "y el polvo elevarse y la brisa tumbar las hojas "y los soldados marchar y después la calle limpia y blanca salvo por las hojas".
Stephen: Leo ese párrafo y me dan ganas de llorar.
Es increíblemente bello.
No respeta ninguna regla; toda la repetición, la palabra "y" quince veces en cuatro oraciones.
Lo que esto es, es un ejemplo de una inolvidable maestría rítmica.
Tiene algo de hipnosis, un encantamiento que creo que evoca el estado mental con que se va a la guerra.
Edna: Al volver a escuchar a Bach y reconocer la repetición de ciertas notas en Bach, uno ve que, esa fue la inspiración para escribir Adiós a las armas.
Narrador: A diferencia de Fiesta, Adiós a las armas era explícitamente sobre la Gran Guerra.
Su protagonista, el teniente Frederic Henry, estadounidense, es un conductor de ambulancia del ejército italiano que cae herido y se enamora de una enfermera llamada Catherine Barkley, quien llora a su amado que murió en la guerra.
La desilusión con respecto a la guerra que contenía el libro, que había sacado de su propia experiencia, de los relatos que había oído y de una tenaz investigación, se dirigía a quienes la habían vivido y hablaba por ellos.
Hemingway: "Siempre me dieron vergüenza "las palabras 'sagrado', 'glorioso' y 'sacrificio' "y la expresión 'en vano'.
"Las habíamos oído, a veces bajo la lluvia y fuera de alcance, "de forma que solo oíamos lo que gritaban, "y las habíamos leído en afiches que los anunciantes extendían "sobre otros afiches durante mucho tiempo.
"Y no había visto nada sagrado "y las cosas gloriosas no tenían ninguna gloria "y los sacrificios "eran como si en los corrales de Chicago "no se hiciera nada con la carne sino enterrarla.
"Había muchas palabras insoportables al oído "y al final solo tenían dignidad los nombres de lugares.
"Pasaba lo mismo con ciertos números "y con ciertas fechas "y estos y los nombres de lugares "eran lo único que podíamos decir que tuviera algún sentido".
Tobias: No sé de nadie que haya dicho eso tan bien hasta ese momento.
Porque al parecer no podemos dejar de hablar de la guerra en esos términos y es nuestro deber traerla a la realidad, pero nadie lo ha hecho con esta elocuencia.
El peso de las oraciones que se acumula y la emoción, el disgusto y también la veneración por lo que se ha ido, la, la dignidad de esos lugares que se acumula en esas oraciones a su paso.
Sencillamente, es hermoso.
Narrador: En la novela, el teniente Henry deserta y huye al territorio neutral de Suiza con Catherine Barkley.
Planean casarse y construir una vida juntos cuando termine la guerra.
Ella está embarazada.
Pero algo terrible ocurre en la sala de parto.
Los médicos le hacen una cesárea.
El bebé nace muerto.
La vida de Catherine se agota.
Hemingway agonizó con el final; escribió 47 versiones de las páginas finales antes de quedar satisfecho.
[música suave de piano] Hemingway: "Fui a la puerta de la habitación.
"-No puede entrar ahora- dijo una de las enfermeras.
"-Sí puedo -dije.
"-Todavía no puede entrar.
"-Salga usted.
-dije- También la otra.
"Pero después de que las saqué y cerré la puerta "y apagué la luz, nada mejoró.
"Fue como decirle adiós a una estatua.
"Después de un rato "salí y partí del hospital y caminé hasta el hotel bajo la lluvia".
Edna: Hay partes de Adiós a las armas que habría podido escribir una mujer.
Para mí, eso es un cumplido.
Hemingway lo habría podido tomar como un insulto.
Pero yo no, porque es la androginia de un hombre o de una mujer lo que les permite, así sea momentáneo, de forma incompleta, habitar la piel de su opuesto.
Pienso que es su mejor novela desde muchos puntos de vista.
Así es.
Es la más verdadera y es profundamente dolorosa.
Recuerdo llorar y llorar y llorar.
Comprende todas las cosas de niño, las cosas de hombre, el horror de la guerra.
Y cuando la gente termina de leer ese libro, ¿qué recuerda?
Recuerda a una mujer que muere dando a luz.
Hemingway: "Si la gente llega con tanta valentía "a este mundo, "el mundo tiene que matarlos para quebrarlos, "entonces los mata, por supuesto.
"El mundo los quiebra a todos "y después muchos tienen las partes quebradas fuertes.
"Pero a aquellos que no se quiebran, los mata.
"Mata a los muy buenos y a los muy amables "y a los muy valientes sin parcialidad.
"Si no eres ninguno de ellos, "puedes estar seguro de que también te matará, pero sin particular prisa".
Narrador: A finales de otoño de 1928, la vida del padre de Hemingway decaía lentamente.
La ansiedad que siempre lo había atormentado se intensificaba.
Sus periodos de depresión se alargaban, parecía sospechar de quienes lo rodeaban y una sensación de temor permanente lo acompañaba.
El 6 de diciembre, Ed Hemingway llegó a casa a mediodía, quemó papeles personales en el sótano, le dijo a su esposa que quería a descansar antes de almorzar y subió a su habitación.
Entonces, se pegó un tiro con el revólver de la Guerra Civil de su padre.
Hemingway: "Mi padre era un cobarde.
"Se pegó un tiro sin necesidad.
"Eso me pareció a mí.
"Yo lo viví en carne propia "hasta que lo entendí en mi cabeza.
"Sabía cómo se sentía ser un cobarde y cómo se sentía dejar de ser un cobarde".
Narrador: Ernest prometió pagarle a su madre un estipendio mensual, pero en privado la culpaba de haber llevado a su padre al suicidio.
Hemingway: "Odié a mi madre desde que conocí su carácter "y amé a mi padre hasta que me avergonzó "con su cobardía [...] "Mi madre es una clásica arpía estadounidense, "y habría llevado a una mula de carga al suicidio, ni hablar del miserable de mi padre".
Paul: Creo que Hemingway, llevaba entre sus muchos temores el terror de: "¿Me va a pasar eso a mí?
¿Me convertiré en mi padre?".
De esta familia cristiana del medio oeste de un suburbio de Illinois, su familia, una unidad de ocho, dos padres y seis hijos, cuatro, al menos cuatro, acabaron con su vida por mano propia; cuatro de ocho.
Narrador: En septiembre de 1929 se publicó Adiós a las armas.
La reacción fue exactamente la que Hemingway esperaba.
La revista Scribner's había desembolsado 16 mil dólares para publicarla como serie, el precio más alto que había pagado, y cuando la edición de junio fue prohibida en Boston por la "lascivia" de algunos pasajes, las ventas se dispararon.
Adiós a las armas llegó a la lista de best-sellers y permaneció allí semana tras semana.
Paramount Pictures pagó otros 24 mil dólares por los derechos de filmación.
A los 30 años, Ernest Hemingway había sobrevivido a sus heridas de guerra, se había casado con dos mujeres y tenido dos hijos, había enterrado a su padre, publicado cinco libros y ahora era el escritor más famoso de Estados Unidos.
Su amigo, el novelista John Dos Passos le escribió para felicitarlo.
"Querido Hem", escribió, "¿te das cuenta de que ahora eres el rey de la ficción?".
Hemingway: "Tengo muchos prejuicios contra el suicidio "porque no quiero tener ni siquiera "la mínima posibilidad de pasar el resto del tiempo "con un montón de gente de la que se suicida, "pero no lo puedo sostener "porque entre ellos hay algunas personas espléndidas.
"La verdadera razón para no suicidarse "es que uno siempre sabe "lo buena que vuelve a ser la vida "cuando termina el infierno.
"Así es que hay que decidir por anticipado que uno va a aguantar el período en que no lo cree".
[música suave] Narrador: En el próximo episodio de Hemingway.
Amanda: Así que para tener algo nuevo qué escribir, debía tener algo nuevo qué vivir.
Narrador: En la cima del mundo literario, Hemingway está en busca de nuevos desafíos.
Edna: Creo que la vida normal era una anatema para él.
Narrador: Informes desde el frente de batalla en España.
Hemingway: Por la mañana, antes de que te llamen, el estallido de un proyectil explosivo te despierta... Narrador: Y se enamora de Martha Gellhorn.
Susan: Martha era una mujer que no cedía.
Narrador: En el próximo episodio de Hemingway.
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